miércoles, enero 16, 2008

Pequeñas cosas que pasan siempre y siempre están mal


Hoy, como habitualmente puedo observar, en esa parada de taxis de una calle de Barcelona, nos encontramos con cuatro o cinco de ellos ESTACIONADOS.


Resulta que es una práctica habitual que despista a los usuarios, pues esta parada se encuentra justo delante de un edificio público y muchas personas de dirigen a estos con la consiguiente decepción de encontrarlos sin chofer.


Lo que resulta más gracioso, es que si por casualidad paras un taxi que pasa por esta calle, la primera reacción del señor taxista es, una calurosa indicación de que se dirija a la parada. En ese momento dan ganas de cogerlo y estamparlo contra los coches aparcados de sus compañeros. Es comprensible que cumplan tan escrupulosamente esa “norma” de orden de turno, pero quizá no cumplen correctamente algunas otras.


Ya puestos, haz la prueba, ves a una para de taxis, de estas que no están en fila india (como la de la Plaça Sant Jaume) y en muchas ocasiones ni ellos mismos saben quién va primero. Sin mencionar los casos en que primero te preguntan dónde vas como condición de aceptar la carrera.

No pretendo desclasificar ni generalizar en contra de un colectivo como es el de los taxistas. He usado el taxi y en la mayoría de ocasiones no tengo queja, salvo esos pequeños detalles de tener que soportar una emisora de radio no deseada o conversaciones no solicitadas.